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1 febrero 2017 3 01 /02 /febrero /2017 02:15

 

Estaba en el departamento esperando a mi esposo. Me sentía nerviosa y excitada al mismo tiempo. Me volví a mirar en el espejo y sonreí, mi atuendo era perfecto para lo que había planeado. Pollera de jeans extremadamente corta y solo una pequeñísima tanga negra debajo, una blusa tipo musculosa de breteles finos blanca que dejaba entrever mis deliciosos pezones porque había decidido no ponerme corpiño , mis zapatilla d e jeans con plataforma alta , cabello suelto , maquillaje un poco cargado y listo! Estaba lista para la acción. En cuanto escuché la puerta abrirse me puse la campera negra de cuero, pues no quería que mi esposo supiera mis intenciones reales. Me miró y pude ver en sus ojos el deseo de penetrar a su hembra en ese mismo instante... lamentablemente yo tenía otros planes. Le dije que ya se había hecho tarde y que debíamos irnos. Se cambió rápido en lo que yo fumaba un cigarrillo para calmar los nervios y en cuanto olí su perfume supe que ya íbamos a salir.

 

Tomamos un taxi, con el chofer un poco incómodo por mi forma de vestir... yo sabía perfecto lo que él estaba pensando, porque yo misma lo había hecho a propósito. Eso era lo que yo quería.

 

Mi marido trataba de meterme la mano entre las piernas, pero yo lo empujaba suavemente... quería excitarlo más, mucho más. Llegamos a nuestro destino. Un bar en una zona poco elegante. Mi esposo y yo nos sentamos en una mesa, viéndonos de frente; yo disfrutaba el momento porque mi esposo no tenía ni idea de mis planes.. Sabía que él estaba muy intrigado. Nuestra conversación era fácil y frágil se desviaba enseguida ante cualquier circunstancias yo evitaba los temas sexuales. Pedimos unos tragos y continuamos la conversación...de manera vaga Me levanté de la mesa dándole un beso en la boca a mi esposo, diciéndole que debía ir al baño. Cuando regresé a la mesa lo volví a besar .Yo sabía que estaba mojada, pues la última hora me había excitado mucho. Se lo hice notar a mi esposo haciéndole pasar su mano por mis labios vaginales por debajo de la mesa y debajo de mi tanguita que se hundía entre ellos.

 

Me senté en la mesa, con mis ojos hacia el bar. El hombre que había llegado antes de que me parara al baño me comía con la vista desimuladamente .Yo lo miraba de reojo mientras hablaba con mi esposo, sabiendo que él estaba totalmente consciente de que miraba a otro hombre. Finalmente el hombre se dió vuelta y me miró sin cuidados .

 

Lo miré a los ojos con un mensaje demasiado claro: quiero que me cojas, por eso estoy aquí. Él entendió, recorrió mi cuerpo con los ojos y llegó a mis piernas. Sabiendo lo que estaba mirando yo abrí las piernas, dejando ver mi entrever mi tsanguita hundida en mi brillante y húmeda conchita . Sus ojos encontraron los míos por segunda vez, ahora con sorpresa.

 

Todo ese intercambio no pasó desapercibido ante mi esposo, que me preguntó lo que pasaba. Lo miré a los ojos y le dije ésta es tu sorpresa, te amo. Quiero que me veas y que lo disfrutes, cuando yo salga con ese hombre, quiero que tú vengas detrás de nosotros.'

 

Me acerqué entonces al hombre en la barra, que seguía sorprendido. Le dí un beso en la boca y después le dije hola.

 

Era un hombre corpulento, de unos 45 años, alto, con algunas canas y arrugas... lo que yo buscaba. Me volvió a mirar sorprendido, y empezó a hacer preguntas tontas.

 

-¿Cuántos años tienes?

 

-20... tienes algún problema con eso?

 

-Soy mucho más grande que tú, si sabes?

 

-Y luego?

 

-Eres muy bonita. Haces esto seguido?

 

-Depende... cuando quiero coger, sí.

 

El hombre me miró como si fuera una puta callejera . Me acerqué más a él y me quité la campera. Sus ojos se posaron en mis tetas por varios minutos. Podía ver el deseo y la duda en sus ojos. Me tenía miedo... pero quería cogerme muy muy duro. Mi mano se posó en su entrepierna y pude sentir su mimbro grande y muy duro. Cerró los ojos por un instante y yo aproveché para tomar su mano y deslizarla bajo mi falda. Sus dedos buscaron mi conchita caliente y mojada, alcanzó mi clítoris y dejé escapar un gemidito cerca de su oído. Abrió los ojos y le dije que fuéramos a mi casa. Me preguntó si tenía que pagarme... le dije que yo solo quería coger. Pagó lo que había tomado, me puso mi campera y salimos para tomar un taxi hacia mi casa. Cerca de la puerta me volví hacia mi esposo y le mandé un beso. Sus ojos me dejaron saber que lo estaba haciendo bien y yo confiaba que él iba a estar detrás de nosotros en otro taxi.

 

Llegamos al departamento, fumé otro cigarrillo mientras bebía una cerveza con él y cuando casi acababa llegó mi esposo. Me acerqué a él, lo besé un largo rato y le presenté al hombre que me iba a coger. En ese momento el hombre no sabía que hacer, no tenía idea de lo que pasaba, y le expliqué que a mi esposo le encantaba verme coger. Mi esposo asintió y le dijo que no se pusiera nervioso, que tenía permiso de cogerse a su putita. Llevé al señor a la cama, aún lo podía sentir nervioso, pero sus nervios se fueron cuando me metí su mimbro a la boca. Era más grande de lo que esperaba, y mi esposo, frente a mi se había empezando a tocar. Yo pasaba mi lengua por toda su miembro más duro cada vez, poniendo énfasis en la punta, le mamé los huevos, me metía la pija hasta que me llegara a la garganta. Se la mamé hasta que la tenía super dura y entonces paré. Me puse frente a él y me quité la blusa para que me tocara las tetas. Las agarró con sus manos grandes, tocándome como si fuera una escultura, muy cuidadosamente, como si temiera romperme. Acercó sus labios y me empezó a mamar los pezones. El cuidado con el que había empezado comenzaba a disiparse, volviéndose más salvaje cada segundo, me mordía los pezones y me agarraba por la cintura, como temiendo que me alejara. Cuando acabó de mamarme las tetas, le quité la camisa y dejé que él se quitara el pantalón mientras yo comenzaba a quitarme la falda. Estaba por quitarme mis zapatillas , pero me dijo que me quedara con ellos. Yo obedecí. Mi esposo le pasó un preservativo mientras yo me ponía de perrito, pero antes de penetrarme metió su lengua en mi vagina ya húmeda. Sus lengüetazos eran insistentes y yo sentía delicioso. Mientras me penetraba con la lengua sus dedos me daban un masaje en el clítoris, haciéndome gemir como perra. Yo estaba escurriendo, mi vagina llena de jugos y caliente, lista para ser penetrada. Se puso el condón, y me penetró con una embestida. Yo grité, pues su mimbro era muy grande, podía sentir mi vagina estrecha estirarse para darle pase a ese monstruo. Me agarraba la cadera, embistiéndome fuerte y clavándome la mimbro hasta el fondo. Yo gemía y no podía parar. Veía a mi esposo loco de sexo y eso hacía que me mojara más. El hombre me decía putita, me daba nalgadas y sudaba. Yo gemía y lo escuchaba gemir. Mi vagina era un mar de líquidos, estaba demasiado excitada. Me acostó por completo en la cama. Gritaba de placer. Sus embestidas se volvieron más lentas, y yo podía sentir todo lo que mi vagina se estaba comiendo. Me encantaba. Me dió vuelta para verme la cara y agarrarme las tetas mientras me seguía penetrando. El tipo ya había aguantado demasiado. Sabía que ya no le faltaba mucho para venirse, pero yo no quería que acabara. La situación me excitaba demasiado. Miré a mi esposo, y viendo sus ojos ansiosos por cogerme tuve mi primer orgasmo. Fue demasiado fuerte, tuve espasmos, mis piernas temblaban, mi espalda se había arqueado... y su mimbro estaba llena de mis líquidos. Sintiendo el calor de mi orgasmo, él no pudo contenerse más, sacó la mimbro, se quitó el condón y se vino en mis tetas.

 

Me quedé acostada un rato en la cama, mientras mi esposo me besaba. El hombre se vistió y dándome las gracias salió de la casa. Me quedé sola en la casa, cansada y disfrutando de mi esposo. Le dije 'Te amo' y lo besé durante mucho tiempo. Se puso encima de mi y me hizo el amor delicioso. Mejor que nunca…

Si quieren saber detalles escríbame a intrigantesposa@yahoo.com

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Comentarios

E
hey excelente, fue ficticio y oreal ?
Responder
P
Bien es una historia real, que debi sintetizar y apresura para resumirla en un relato breve , en realidad ocurrió en un mismo bar pero hubo mas de una cita, fuimos al mismo bar casi al mismo horario y ese tipo me comia con la mirada...hasta que ocurrió , si necesitas mas detalles por mi email te los daría, abrazo